Se necesita gerente que sepa redactar ¡Urgente!

Por Miguel Carneiro Figueroa. MCF Redacción para las Organizaciones

Eran los años noventa y entonces, joven yo, enseñaba cursos de Lenguaje a los alumnos de los primeros ciclos en algunas instituciones de educación superior. Los profesores trabajábamos intensamente para lograr que los estudiantes mejoraran su redacción y, especialmente, la ortografía. Tanto entonces como ahora había resistencia o indiferencia en el alumnado para darle valor a la composición de textos. En más de una ocasión escuché esta réplica ante mis exhortaciones: ¡Yo seré gerente y tendré secretaria, profesor! o ¡Profesor, el Word lo corrige!

Recién se empezaba a incluir la enseñanza de redacción en la educación superior peruana. Antes solo estaba el temido curso de Lengua (introducción cruel a la lingüística) y cuando no, se enseñaba únicamente ortografía: aprenderse reglas y escribir dictados. ¿Los resultados? Pobres para el esfuerzo y tiempo invertidos. Algunas décadas después, la mayoría de centros de educación superior en el Perú tienen programas en los que se incluye la enseñanza de redacción; en algunas universidades ha sobrevivido el curso de Lengua, mucho mejor orientado a la reflexión sobre la disciplina lingüística, o algunos de sus temas.

Sin embargo, hay decenas de promociones que ni en el colegio ni en la universidad han llevado alguna vez un curso de redacción o siquiera algunos lineamientos básicos. Es más, jamás les exigieron a lo largo de sus carreras que redactaran o lo hicieran con claridad, coherencia y corrección. En otros casos, los alumnos desaprovecharon la oportunidad de dominar esta habilidad fundamental pensando que la secretaria o el Word los sacaría de apuros y que no era una competencia importante. En ello, por supuesto, también falló el centro de educación.

¿Cuál es la actual situación? Miles de profesionales se tropiezan diariamente con el escollo de la comunicación escrita en su desempeño diario. Y no saben cómo remediarlo. ¿Es solo una cuestión de perseverar y practicar? En algunos casos, puede ser. En la mayoría, es como pretender un  dominio avanzado de un instrumento musical solo con la práctica. En cierta forma, es un mito. Un observador externo, crítico y enterado percibirá con claridad los errores o áreas de mejora que nosotros ni sospechamos o de los que solo tenemos una vaga idea. Ese observador es un instructor, profesor, facilitador o capacitador. En todo caso, con ayuda de un profesional lograremos en menos tiempo un mayor dominio y un mejor nivel. Es un asunto de eficacia y eficiencia en el aprendizaje. Y también de práctica.

Además, cada vez encontramos menos secretarias en las empresas. Es más, como lo apuntó un gerente de Recursos Humanos: ya casi no quedan; son una especie en vías de extinción o ya extinta. Ahora hay asistentes de gerencia. Solo los más altos directivos tienen una, y sus tareas no incluyen  el tomar dictado en taquigrafía y redactar la carta para que él únicamente la firme. Entonces, esos alumnos que pensaron que no necesitarían redactar hoy lo tienen que hacer, por lo menos en sus correos. ¿Cómo les irá? Y no hay secretaria que los auxilie ni Word que les resuelva, por ejemplo, si se trató de una pérdida o de una perdida de tiempo; o si se trató de un mal cálculo o de un mal calculo. O cómo lograr que finalmente se entienda el informe ejecutivo, la carta o el reporte sin tantas idas y vueltas de correo, sin tantos “¿y qué quiso decir cuando escribió que…?”